Perú y la ONU se alían para ayudar a refugiados y migrantes venezolanos afectados por la COVID-19

NACIONES UNIDAS, 18 de abril (NNN-UNIS) — Cinco mil familias en situación vulnerable reciben a través de las Naciones Unidas canastas de comida proporcionadas por el sector privado. La ayuda contribuirá a la vez a mantener protegido al Perú, ya que estas personas podrán quedarse en casa y mantener la distancia física tan imprescindible para frenar la propagación del COVID-19.

Las agencias de la ONU distribuyen ayuda proporcionada por el sector privado entre familias venezolanas que viven en Perú. (Foto: OIM Perú)

Digamos que se llaman Omar, Mayra y su pequeña Karen. Llegaron al Perú como muchos de sus compatriotas, en busca de un futuro mejor, y recuerdan el camino inverso de tantos peruanos que alguna vez emigraron hacia otros países con la misma ilusión.

Poco a poco las cosas parecían mejorar para ellos. Con su esfuerzo y el apoyo de muchos peruanos, empezaron a salir adelante. El trabajo de Omar y Mayra era duro pero reconocido por su calidad. Entre tanto, la pequeña Karen empezó a estudiar con sus nuevos compañeros peruanos. “Lo podremos lograr”, pensaba Omar.

Esta es una crisis que llama a la solidaridad y la ONU continuará trabajando por las personas en situación de mayor vulnerabilidad.

Al presentarse la pandemia, el Gobierno peruano organizó la respuesta de inmediato. A través de sus instituciones y registros oficiales, una gran cantidad de peruanos en situación de vulnerabilidad ha podido acceder a la asistencia del Estado, así como de distintas organizaciones y de la empresa privada.

Sin embargo, era necesario atender también a miles de familias como la de Omar y Mayra, conformadas por ciudadanos refugiados o migrantes que vivían ya en situación de vulnerabilidad, porque los derechos humanos son para todos en todas partes. El acceso a la salud, educación, alimentación, entre otros derechos, no depende de la ciudadanía ni de una condición migratoria, menos cuando se atraviesa por una emergencia sanitaria.

“Esta es una crisis que llama a la solidaridad y la ONU continuará trabajando por las personas en situación de mayor vulnerabilidad”, señaló Igor Garafulic, representante de las Naciones Unidas en el Perú.

Mientras continuaba con su trabajo de apoyo en el contexto del COVID-19 y en estrecha coordinación con el Gobierno, las Naciones Unidas organizaron la asistencia humanitaria para miles de familias refugiadas y migrantes.

Garafulic respondió a la solicitud de la Presidencia del Consejo de Ministros de distribuir alimentos donados por la empresa privada y administrados por el Instituto Nacional de Defensa Civil a 5000 familias refugiadas y migrantes vulnerables, en su mayoría de Venezuela.

La Agencia de la ONU para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones, con el apoyo del Programa Mundial de Alimentos y de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios organizaron la entrega de canastas de alimentos y agua para cubrir las necesidades mínimas en este periodo de emergencia sanitaria. También se integraron en el proceso de distribución el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, la Organización de las Naciones Unidas parda la Educación, la Ciencia y la Cultura, y la Organización Mundial de la Salud.

Las canastas básicas provienen de donaciones del sector privado, organizadas y recolectadas por el frente empresarial Hombro a Hombro y se han entregado a la población vulnerable extranjera previamente identificada y en estrecha coordinación con el Instituto Nacional de Defensa Civil.

Trabajaron duro para llevar esa ayuda, y muchos apoyaron en el camino. Contaron con el apoyo de diversas organizaciones de la sociedad civil en la distribución de la ayuda. En las zonas de distribución, y en varios distritos la Policía Nacional del Perú los acompañó en la tarea, así como personal de Seguridad Ciudadana.
— NNN-UNIS

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