MANILA, 4 oct (NNN-ANDINA) — Las autoridades filipinas han priorizado el jueves las tareas de distribución de ayuda humanitaria y limpieza de escombros en la isla de Cebú, tras el devastador terremoto de magnitud 6,9 que sacudió la región central del país el martes por la noche, dejando al menos 72 muertos y cerca de 300 heridos.
Según el Consejo Nacional para la Reducción y Gestión del Riesgo de Desastres (NDRRMC), el sismo afectó a casi 171.000 personas. Las zonas más golpeadas, como la ciudad de Bogo, donde murieron 33 personas, continúan sin electricidad ni agua potable.
Miles de habitantes duermen al aire libre por temor a réplicas. “Nos dijeron que podrían haber más réplicas durante cuatro días más, así que nos quedaremos aquí por seguridad”, dijo Adriana May, una adolescente desplazada junto a su familia en un campamento improvisado.
Las labores de búsqueda y rescate han concluido oficialmente, según confirmó Junie Castillo, portavoz de la Oficina de Defensa Civil (OCD), quien indicó que no hay personas reportadas como desaparecidas.
Sin embargo, el trabajo de recuperación apenas comienza: equipos de emergencia siguen distribuyendo alimentos, agua y medicinas, mientras retiran escombros de viviendas, carreteras y edificios históricos, como la iglesia de Daanbantayan, construida en 1886.
El presidente Ferdinand Marcos Jr. visitó Bogo el jueves y anunció 75 millones de pesos filipinos (unos 1,02 millones de euros) para la rehabilitación de la ciudad.
El principal hospital de Bogo también resultó severamente dañado. Su directora, Zoraida Yurango, informó que los pacientes reciben atención bajo toldos provisionales y lamentó la falta de apoyo psicológico para sobrevivientes y personal sanitario.
“Después de un desastre, estamos preparados para recibir cuerpos, no solo enfermos. Tenemos bolsas listas. Es difícil decirlo, pero es nuestra realidad”, señaló.
Desde el terremoto, se han registrado 2.613 réplicas, la mayoría de baja intensidad, aunque suficientes para mantener a la población en alerta.
Filipinas, ubicada en el Anillo de Fuego del Pacífico, enfrenta frecuentes sismos y actividad volcánica, con unos 7.000 terremotos anuales registrados.
— NNN-ANDINA

 
											 
											 
											