NACIONES UNIDAS, 17 jul (NNN-UNIS) — La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos informó el martes que al menos 875 palestinos han fallecido mientras intentaban acceder a ayuda alimentaria en la Franja de Gaza durante las últimas semanas.

De acuerdo con el portavoz de la oficina, Thameen Al-Kheetan, 674 de estas muertes ocurrieron cerca de los centros de distribución operados por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), una organización privada gestionada por Estados Unidos e Israel que ha sustituido las rutas tradicionales de asistencia humanitaria de la ONU. Las otras 201 víctimas murieron en convoyes o en las inmediaciones de rutas de entrega de ayuda.
Al-Kheetan indicó que estos incidentes suceden en un contexto de colapso humanitario generalizado, donde el bloqueo israelí continúa impidiendo el acceso seguro a alimentos, agua y medicinas.
El último caso mortal se registró la mañana del lunes 14 de julio, cuando fuerzas israelíes bombardearon y dispararon contra civiles que buscaban comida en el área de As Shakoush, al noroeste de Rafah. Dos personas perdieron la vida y al menos nueve resultaron heridas. Algunas fueron trasladadas al hospital del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Rafah.
El mismo lunes, médicos trataron a más de 130 pacientes heridos por disparos israelíes, la mayoría con heridas de bala. “Todas las personas que respondieron afirmaron estar intentando acceder a los puntos de distribución de alimentos”, señaló Al-Kheetan durante una rueda de prensa en Ginebra.
La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) expresó su profunda preocupación por la expansión de la desnutrición infantil en medio de la escasez extrema de alimentos y el colapso total del sistema sanitario.
Juliette Touma, directora de comunicaciones de UNRWA, advirtió desde Ammán que el bloqueo casi completo de Gaza por parte de Israel ha provocado muertes de bebés por desnutrición severa.
“Uno de cada diez niños examinados en nuestros centros médicos muestra signos claros de desnutrición”, aseguró. “Estamos viendo casos extremos de hambre que antes no teníamos”.
Touma recordó que “ya van más de cuatro meses sin poder entregar ayuda humanitaria suficiente a Gaza” y denunció un aumento significativo en los niveles de desnutrición infantil desde que comenzó el bloqueo alimentario el 2 de marzo de 2025.
Añadió que más de 6 000 camiones de la ONU permanecen estancados en fronteras como Egipto y Jordania, a pesar de que “solo hay tres horas de distancia entre Jordania y Gaza”. Esos camiones contienen no solo alimentos, sino también medicamentos, kits de higiene y otros suministros esenciales cuyo retraso pone en riesgo la vida de miles de personas, especialmente de un millón de niños que representan la mitad de la población de Gaza.
“Si no logramos hacer llegar esta ayuda, muchos productos caducarán y perderemos una oportunidad vital para salvar vidas”, alertó.
Mientras tanto, en la Cisjordania ocupada, incluyendo Jerusalén Oriental, aumentan los reportes sobre muertes de palestinos vinculadas a ataques de colonos israelíes y fuerzas de seguridad.
Según datos de la Oficina del Alto Comisionado, Laila Khatib, de dos años, murió el 25 de enero tras recibir un disparo en la cabeza por parte de soldados israelíes dentro de su casa en Ash-Shuhada, Yenín.
El 3 de julio, otro civil palestino, Walid Badir, de 61 años, fue abatido presuntamente por agentes israelíes mientras regresaba en bicicleta a su hogar luego de orar cerca del campo de refugiados de Nur Shams.
“Estos homicidios son parte de una escalada en los últimos días que incluye demoliciones masivas de viviendas y desplazamiento forzado de familias palestinas”, declaró Al-Kheetan, quien también mencionó el desalojo de más de 30 000 personas desde el inicio de la operación militar israelí “Muro de Hierro” en el norte de Cisjordania.
“El derecho internacional es claro: cualquier acción que provoque un cambio demográfico permanente en un territorio ocupado puede considerarse crimen de guerra y equivaler a limpieza étnica”, concluyó.
En medio del deterioro constante de las condiciones humanitarias, la Oficina del Alto Comisionado instó nuevamente a detener inmediatamente los ataques contra civiles, así como las demoliciones de viviendas y el hostigamiento sistemático de la población palestina.
“Israel debe poner fin inmediatamente a estos asesinatos, actos de intimidación y destrucción de hogares en todo el territorio ocupado”, enfatizó Al-Kheetan.
Touma describió lo que ocurre en Gaza y Cisjordania como “una guerra silenciosa que está creciendo”, marcada por restricciones severas al movimiento, aumento de la pobreza y pérdida de medios de vida, mientras el desempleo alcanza niveles históricos.
Las zonas más afectadas por las acciones israelíes son los campos de refugiados de Yenín, Tulkarem y Nur Shams, donde la situación se ha vuelto insostenible.
“Estamos viendo el mayor desplazamiento de población palestina en Cisjordania desde 1967”, cerró Touma, “y eso no puede seguir sin respuesta clara de la comunidad internacional”.
— NNN-UNIS