La guerra afectó la educación de casi siete millones de niños y jóvenes ucranianos

NACIONES UNIDAS, 31 ago (NNN-UNIS) — Muchos de los 6,7 millones de escolares ucranianos se están quedando atrás en lenguaje, lectura y matemáticas, después de cuatro años de interrupciones por la pandemia y la guerra en su país.

Foto: UNICEF

Según una encuesta de UNICEF, la agencia de la ONU para la infancia, el 57% de los profesores reportaron retrocesos en el nivel de los estudiantes en lengua ucraniana, un 45% en matemáticas y un 52% en lenguas extranjeras.

Sólo un tercio de los niños matriculados en enseñanza primaria y secundaria están estudiando de forma totalmente presencial. Un tercio de los alumnos estudia de forma mixta, presencial y en línea, y otro tercio aprende totalmente en línea.

“Dentro de Ucrania, los ataques a las escuelas no han cesado, dejando a los niños profundamente angustiados y sin espacios seguros para aprender, dijo Regina De Dominicis, directora regional de UNICEF para Europa y Asia Central.

Dos tercios de los niños en edad preescolar no asisten a la escuela. En las zonas cercanas al frente de combate, tres cuartas partes de los padres afirman no enviar a sus hijos a la escuela preescolar.

UNICEF recuerda que el aprendizaje en línea puede complementar al presencial y ofrecer una solución a corto plazo, pero no puede sustituir totalmente a las clases presenciales, que son especialmente críticas para el desarrollo social y el aprendizaje fundacional de los niños pequeños.

“La reforma educativa en curso en Ucrania, que pretende desarrollar las competencias de niños y jóvenes, es fundamental para la futura recuperación socioeconómica y el desarrollo del país”, aseguró la agencia.

Para los niños ucranianos refugiados en otros países, el comienzo del curso también es incierto, ya que más de la mitad, de los estudiantes de preescolar y secundaria no están matriculados.

Las barreras lingüísticas, la dificultad de acceso a la escuela y la sobrecarga de los sistemas educativos en los países de acogida son algunas de las razones de las bajas tasas de matriculación.

Algunos de esos niños refugiados intentan estudiar en línea, pero otros pueden haber abandonado completamente su educación.

Lisa, de 12 años, tuvo que abandonar su hogar en Jersón y emprender un viaje a Rumanía que puso a prueba su resistencia y determinación.

“Cuando salí de Jersón con mi madre, sólo podíamos llevarnos una maleta, así que no trajimos demasiado, dejando atrás todo lo que teníamos”, recuerda, mirando alrededor de su pequeña y sencilla habitación en Galati, donde ahora duerme, juega y estudia.

Con el apoyo de UNICEF, Lisa recibió un portátil y esto supuso un punto importante en su trayectoria educativa, porque sus clases en línea se hicieron más accesibles y atractivas.

“Ahora aprendo más rápido; puedo ver mejor las lecciones y leer los textos sin problemas. Antes tenía que hacer zoom en cada página y tenía problemas con los ojos. Cuido mi portátil porque en otoño volveré a la escuela, ¡y lo necesitaré mucho! Estoy contenta porque ahora puedo buscar mucha información nueva y hacer mejor los deberes”, admite Lisa.
— NNN-UNIS

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