China condena las pruebas de COVID-19 impuestas a los viajeros procedentes de su país

PEKÍN, 4 ene (NNN-ANDINA) — El gobierno de Pekín condenó el martes la imposición de la prueba COVID-19 en varios países del mundo a los viajeros procedentes de China, que se enfrenta a una oleada de casos sin precedentes.

Foto: ANDINA/difusión

“Algunos países han establecido restricciones de entrada dirigidas exclusivamente a los viajeros chinos. Esto no tiene base científica y algunas prácticas son inaceptables”, declaró Mao Ning, una portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.

China podría “tomar contramedidas, de acuerdo con el principio de reciprocidad”, advirtió.

El 7 de diciembre China levantó por sorpresa las restricciones sanitarias, una decisión que ha provocado una avalancha de pacientes en los hospitales y de víctimas de COVID-19 en los crematorios.

A partir del domingo, Pekín ya no impondrá cuarentena a las personas que lleguen del extranjero, pero seguirá exigiendo una prueba PCR negativo a los viajeros. Desde hace casi tres años no expide visados turísticos.

Una docena de países han impuesto test de COVID-19 a los pasajeros procedentes de China en los últimos días, preocupados por la falta de transparencia sobre las cifras de infección y temiendo la aparición de nuevas variantes.

En Shanghái, dos tercios de los residentes pueden haber tenido COVID-19 en las últimas semanas, dijo el martes un alto funcionario de uno de los principales hospitales de la ciudad.

“Actualmente, el brote en Shanghái es muy grande y puede haber afectado al 70 % de la población, lo que supone entre 20 y 30 veces más” que el anterior brote a principios del 2022, dijo Chen Erzhen, vicepresidente del hospital Ruijin, a un blog publicado por el Diario del Pueblo.

La ciudad de 25 millones de habitantes, capital económica de China, fue sometida a un confinamiento estricto durante dos meses a partir de abril. Muchos habitantes fueron trasladados a centros de cuarentena.

En otras grandes ciudades chinas como Pekín, Tianjin (norte), Chongqing (suroeste) y Guangzhou (sur), las autoridades sanitarias creen que el pico ya ha pasado.

El doctor Chen, que también es miembro del consejo de expertos en COVID-19 de Shanghái, afirmó que su hospital recibe 1,600 ingresos de urgencia al día –el doble que antes de que se levantaran las restricciones–, de los cuales el 80 % son pacientes de COVID-19.

“Cada día llegan al hospital más de 100 ambulancias”, explica, y la mitad de los pacientes de urgencias son mayores de 65 años y, por tanto, más vulnerables.

La ola de casos de COVID-19 en las grandes ciudades debería llegar pronto a las zonas rurales de China, donde se espera la llegada de millones de personas que regresan a sus provincias de origen para celebrar el Año Nuevo Lunar a partir del 21 de enero.

En estas zonas los servicios sanitarios tienen peores condiciones que en las ciudades.

Jiao Yahui, un funcionario de la Comisión Nacional de Salud (CNS), reconoció el lunes en una entrevista a la televisión estatal CCTV, que el brote previsto en el campo suponía un “enorme desafío”.
— NNN-ANDINA

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