NACIONES UNIDAS, 30 dic (NNN-UNIS) — Los recientes enfrentamientos violentos entre grupos armados en el Área Administrativa del Gran Pibor han provocado el desplazamiento de unas 30.000 personas, informó el jueves la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

Un grupo de jóvenes armados del estado de Jonglei atacó el pasado sábado diversas comunidades del Área Administrativa del Gran Pibor, en el noreste del país. La violencia finalizó con el robo de ganado, la destrucción de propiedades y el desplazamiento de miles de personas.
Tras huir de las zonas de conflicto de Gumuruk y Lekuangole, unos 5000 desplazados internos, entre ellos mujeres y niños, consiguieron llegar a la ciudad de Pibor.
“La gente ya ha sufrido bastante. Los civiles -especialmente los más vulnerables: mujeres, niños, ancianos y discapacitados-, son los más afectados por esta prolongada crisis”, declaró la coordinadora humanitaria para Sudán del Sur, Sara Beysolow Nyanti.
El reciente brote de violencia se produce después de otro desplazamiento masivo de civiles provocado por los enfrentamientos de mediados de noviembre de 2022 en el condado de Fashoda, en el estado del Alto Nilo.
En medio de las hostilidades, los organismos humanitarios siguen ayudando a los afectados por la violencia.
Durante una misión de reconocimiento de las operaciones humanitarias en Malakal, en el estado del Alto Nilo, la representante de UNICEF en el país, Hamida R. Lasseko, expresó su grave preocupación por los actuales acontecimientos, e indicó que la escalada de violencia provocó un efecto negativo en las ya saturadas actuaciones de socorro.
La población de Sudán del Sur sigue sufriendo los efectos de años de inestabilidad social y política, inseguridad alimentaria y desastres climáticos como las inundaciones.
El actual conflicto, que incluye actos violentos a escala subnacional, afectó durante este año a miles de personas, provocando múltiples desplazamientos y la pérdida de vidas y medios de subsistencia.
OCHA calcula que durante 2023 cerca de 9,5 millones de personas necesitarán asistencia humanitaria y protección, y estima que 2,8 millones sufrirán violencia física, incluidas violaciones y otras formas de violencia de género.
El desplazamiento de larga duración afecta a más de 2,2 millones de personas que no pueden regresar a sus hogares. “Estoy profundamente preocupada por el continuo deterioro del bienestar físico y mental de la población, de su nivel de vida y de sus mecanismos de supervivencia”, declaró Nyanti. “La paz es el requisito previo para que las personas puedan reconstruir sus vidas”, añadió.
— NNN-UNIS