PEKÍN, 14 de agosto (NNN-AGENCIAS) — Lee Jae-yong, el heredero y líder de facto del grupo Samsung, recibió el indulto presidencial, lo que puso fin a años de agitación judicial y prisión por corrupción y otros graves delitos financieros.
Será “reintegrado” en todas sus funciones directivas al frente del mayor conglomerado de Corea del Sur para “ayudar al país a superar la crisis económica”, dijo el ministro de Justicia Han Dong-hoon sobre la motivación de la medida.
La medida de clemencia ya estaba dada con certeza después de que Lee, de 54 años y la 278 persona más rica del mundo según la revista Forbes, acompañara al presidente estadounidense Joe Biden y al surcoreano Yoon Suk-yeol en su visita a Pyeongtaek, a las puertas de Seúl, en la “fábrica de semiconductores más grande del mundo” de Samsung Electronics. En esa ocasión, les explicó a ambos las características de la planta y sus productos de alta tecnología, como parte de la nueva alianza tecnológica entre los dos países sobre microchips.
Samsung no es un grupo cualquiera en los activos industriales de Corea del Sur: al contrario, supone una quinta parte del PIB y de las exportaciones, además de ser el líder mundial en smartphones y tarjetas de memoria.
Es el ejemplo por excelencia del sistema invasivo de los “chaebol”, los grandes conglomerados controlados por familias que funcionan en Corea del Sur como un estado dentro del estado y muchas veces al margen de la ley, y contra los que hasta ahora se han opuesto todos los presidentes de Seúl, pero una mega reforma para frenar su poder fracasó.
Lee, en libertad condicional en agosto de 2021 tras cumplir 18 meses de prisión, poco más de la mitad de su condena original, recibió en enero la sentencia definitiva de culpable por corrupción y malversación de fondos, el acto final de un escándalo que le costó el juicio político al expresidente Parque Geun-hye.
El indulto, tradicionalmente otorgado en vísperas del Día de la Victoria el 15 de agosto (la rendición de Japón, el final de la Segunda Guerra Mundial y el período colonial japonés) permitirá a Lee volver a trabajar de lleno, revocando la prohibición que le había impuesto el tribunal por un período de cinco años después de la pena de prisión, ahora cancelada.
“Debido a la crisis económica mundial, el dinamismo y la vitalidad de la economía nacional han empeorado y se teme que la crisis continúe”, dijo el ministro de Justicia, esperando que el directivo pueda “guiar el motor de crecimiento del país invirtiendo activamente en la tecnología y la creación de puestos de trabajo”.
La clemencia se concedió a Lee junto a otros tres empresarios, incluido el presidente del conglomerado Lotte, Shin Dong-bin, condenado a dos años y medio de prisión con sentencia suspendida por un caso de corrupción en 2018.
Una vez más, prevaleció el poder de los “chaebol”, generando el último ejemplo de una tradición surcoreana de indulgencia destinada a alimentar el descontento popular.
Más aún si se tiene en cuenta que el indulto fue otorgado por Yoon, un inflexible exfiscal general que ha construido su carrera y fama en la “lucha sin límites contra la corrupción”.
Un mal golpe para el presidente, en caída libre en las urnas a tres meses de asumir el cargo.
— NNN-AGENCIAS
