WASHINGTON, 27 de julio (NNN-XINHUA) — El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó el martes la previsión del crecimiento mundial para 2022 a 3,2 por ciento, 0,4 puntos porcentuales por debajo de la proyección de abril, de acuerdo con su actualización recién publicada de Perspectivas de la Economía Mundial (PEM).
Varias perturbaciones han afectado la economía mundial ya debilitada por la pandemia del COVID-19, entre ellas una inflación más elevada de lo que se esperaba en todo el mundo, sobre todo en Estados Unidos y las principales economías europeas, lo cual ha provocado un endurecimiento de las condiciones financieras, y nuevos efectos negativos derivados de la crisis ucraniana, señaló la actualización del informe PEM.
La economía mundial “está enfrentado un panorama cada vez más sombrío e incierto”, dijo el martes el economista en jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, en una conferencia de prensa virtual en la que indicó que muchos de los riesgos a la baja señalados en el PEM de abril del FMI han comenzado a materializarse.
“La inflación también se ha ampliado en muchas economías, lo que refleja el impacto de las presiones de costos derivadas de la interrupción de las cadenas de suministro y de mercados laborales históricamente ajustados”, dijo.
La inflación mundial se ha revisado al alza debido a los precios de los alimentos y de la energía y se prevé que este año alcance un 6,6 por ciento en las economías avanzadas y 9,5 por ciento en los mercados emergentes y en las economías en desarrollo: revisiones al alza de 0,9 y 0,8 puntos porcentuales, respectivamente, de acuerdo con la actualización del informe PEM.
Se espera que la política monetaria desinflacionaria se resienta en 2023 y que la producción mundial crezca sólo un 2,9 por ciento, añadió el informe.
Gourinchas señaló que los riesgos para las perspectivas están “abrumadoramente inclinados a la baja”.
Los riesgos a la baja incluyen varios puntos: la crisis ucraniana podría conducir a una interrupción repentina de las importaciones europeas de gas procedentes de Rusia, la inflación podría seguir siendo obstinadamente alta si los mercados laborales se mantienen demasiado ajustados o si las expectativas de inflación se desanclan, o la desinflación resulta más costosa de lo previsto, y un mayor endurecimiento de las condiciones financieras mundiales podría inducir un aumento en las crisis de deuda en los mercados emergentes y en las economías en desarrollo, explicó.
En un escenario alternativo plausible donde algunos de estos riesgos se materialicen, la inflación aumentará y el crecimiento mundial se desacelerará aún más hasta situarse en torno al 2,6 por ciento este año y al dos por ciento el próximo año, un nivel por debajo del cual el crecimiento sólo ha caído cinco veces desde 1970, agregó.
En este escenario, tanto Estados Unidos como la eurozona experimentarán un crecimiento casi nulo el próximo año, con efectos negativos para el resto del mundo, añadió.
— NNN-XINHUA