WASHINGTON, 14 de mayo (NNN-TELESUR) — Medios de prensa de Estados Unidos (EE.UU.) reportan el viernes que muchas familias de ese país hacen frente a una situación generalizada de desabastecimiento de fórmula infantil, producto que es empleado por uno de cada cuatro padres para alimentar a sus niños pequeños.
Tal situación motivó que el Gobierno de ese país anunciara el jueves varias medidas anticrisis y convocara a los minoristas a apoyar a las familias, impactadas por la creciente inflación que enfrenta el país.
A juicio de periodistas de diversos medios, las existencias minoristas del producto fueron inestables desde meses antes de la operación militar especial de Rusia en Ucrania, pues EE.UU. ya enfrentaba problemas con su cadena de suministros.
Según investigaciones, la tasa de existencias en el mercado roza en estos momentos el 79 por ciento a nivel nacional, dato muy distante del 95 por ciento de presencia antes de la pandemia de COVID-19.
Otra razón que se menciona es que a partir de 2018 el mercado estadounidense es controlado por cuatro empresas: Abbott (productor de la marca Similac, líder nacional), Reckitt Benckiser (productor de la marca Enfamil), Nestlé (Gerber) y Perrigo (marcas de tiendas).
Precisamente Abbott debió cerrar en febrero pasado la mayor planta productora en EE.UU., ubicada en Michigan, lo cual resintió significativamente la llegada de este rubro a las estanterías.
Con posterioridad, dicho consorcio emitió tres retiros de productos por preocupaciones de contaminación, pues la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por su sigla en inglés) informó que cuatro bebés se enfermaron, de los cuales murieron dos, luego de ser alimentados con fórmula producida en la referida planta.
Medios locales indican que a partir del 24 de abril pasado seis estados reportaron tasas de desabastecimiento de fórmula para bebés superiores al 50 por ciento: Iowa, Dakota del Sur y Dakota del Norte (entre 50-51 por ciento), Misuri (52), Texas (53) y Tennessee (54).
Una empresa que estudia los mercados, Datasembly, informó que en la semana que cerró el 8 de mayo estaban agotados el 43 por ciento de los productos de fórmula en 11.000 tiendas en todo el país, frente a 11 por ciento a fines de noviembre de 2021.
El 9 de mayo pasado, el senador republicano por Arkansas, Tom Cotton, se sumó a quienes han criticado esta situación y urgió a la FDA y a la Administración Biden a actuar para solucionaria.
El jueves, el presidente Joe Biden publicó en su cuenta oficial de Twitter: “Hoy, hablé con minoristas y fabricantes para analizar formas en que todos podemos trabajar juntos para hacer más para ayudar a las familias a acceder a la fórmula infantil”.
El inquilino de la Casa Blanca añadió: “Mi equipo está trabajando horas extras para aumentar el suministro lo más rápido posible sin comprometer la seguridad”.
Biden comunicó que se incrementarán las importaciones y que se reducirá el burocratismo para apoyar a los productores nacionales y satisfacer la demanda de fórmula “a las familias que dependen de ella”.
Al mismo tiempo, instó a los minoristas a no aumentar los precios y convocó a la Comisión Federal de Comercio y a los fiscales generales estatales a actuar al respecto.
En consonancia con ello, señaló que se deben tomar medidas “contra el aumento de precios y las prácticas de mercado injustas relacionadas con la venta de fórmula infantil”.
Las afectaciones al suministro de leche sustituta materna impacta especialmente en familias en que las madres no pueden amamantar, eligen no hacerlo o han de contratar a una cuidadora sustituta porque el trabajo las aleja durante muchas horas de sus hijos.
También afecta a familias cuyos bebés padecen alergias, problemas gastrointestinales o trastornos metabólicos, y necesitan un cierto tipo de fórmula para su nutrición.
Por último, la escasez hace mella en aquellas familias de menores ingresos y que dependen de programas de asistencia federal para hacer frente al alto costo de la vida.
— NNN-TELESUR
