NAIROBI, 3 de diciembre (NNN-PRENSA LATINA) — El informe del Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CPCE) reportó el viernes el cuarto aumento consecutivo esta semana del número de infectados con COVID-19 en África subsahariana con la consiguiente alarma de los medios especializados.
Tras semanas de bajas en los fallecimientos por causas asociadas a la letal dolencia, como en los contagios, en los últimos días los países al sur del Sahara registran aumentos sustanciales en los infectados, en coincidencia con la detección de la ómicron, la nueva cepa, presente en 25 países de Asia, Europa y América.
El descubrimiento de la nueva variante causó cierta histeria colectiva por temor a una quinta y más grave ola de la pandemia que varios jefes de gobierno y la directiva de la Organización Mundial de la Salud tratan de contener con llamados a la calma.
De su lado, las autoridades de Sudáfrica denunciaron que, en vez de exaltar la efectividad de sus científicos en la detección de la nueva cepa, potencias occidentales impusieron restricciones a los súbditos de la estados meridionales africanos al tiempo que obstaculizan la vacunación masiva en el continente.
En ese agitado contexto el CPCE reportó el viernes que el acumulado de contagiados con la COVID-19 ascendió a ocho millones 682 ml 24 por la adición a la lista en las últimas 24 horas de 16 mil 200 nuevos pacientes.
Aún está por saberse si las alzas son resultado de la agresividad de la ómicron u obedecen a otras causas.
El ente especializado, dependiente de la Unión Africana, registró asimismo 159 decesos en la jornada del jueves, siete menos que el día anterior.
— NNN-PRENSA LATINA
