CIUDAD DE MÉXICO, 20 de noviembre (NNN-AGENCIAS) — Al menos 100 mil personas debieron abandonar el año pasado las ciudades y pueblos de México en las que viven debido a huracanes, sismos, sequías y otros desastres naturales, de acuerdo con un informe gubernamental.

Un estudio del Consejo Nacional de Población (Conapo), un organismo que depende del ministerio de Gobernación (interior) midió por primera vez, con precisión y en forma actualizada, el vínculo entre el éxodo masivo de personas de ciudades y poblaciones vulnerables del país hacia otras regiones más seguras.
El denominado “Diagnóstico Nacional sobre la Situación del Desplazamiento Forzado en México”, registró al menos 40 tragedias naturales que obligaron a habitantes de zonas afectadas a trasladarse a otro sitio.
El 72,5% de los casos correspondió a tormentas o huracanes, el 24,7% a inundaciones, el 2% a incendios forestales y el 0,7% a sismos, según el relevamiento. Los desplazamientos internos se registraron lo mismo en el sureste, la región más pobre del país que en el centro, cuya prosperidad es irradiada sobre todo por la influencia de la capital, y en el norte, donde se ubican algunas de las áreas más ricas, pero más áridas de México.
“El 2020 fue uno de los años con mayor actividad de ciclones tropicales en México”, concluyó el reporte del Conapo.
En octubre pasado, los fenómenos naturales “Gamma”, “Delta” y “Zeta”, afectaron la zona sureste y la península de Yucatán, provocando el desplazamiento de casi 48.000 personas en tres regiones distintas.
Otras 20.000 personas debieron huir literalmente de sus sitios de residencia por las lluvias, vientos e inundaciones que provocaron los frentes fríos 4, 9 y 11.
La apertura de las compuertas de las represas que alimentan los ríos Carrizal, Usumacinta, Puxcatán y Grijalva, en el estado de Tabasco, obligaron a la evacuación de 3.600 personas.
“Los peligros naturales y las variaciones climáticas son cada vez más frecuentes y los desastres más intensos”, pero no son los únicos factores que orillan al elevado número de desplazamientos, señala el estudio.
El informe pone énfasis en que la mano del hombre está influyendo también en el destierro masivo de personas debido a las “prácticas humanas como la deforestación, la urbanización no sostenible, la construcción y la falta de mantenimiento de la infraestructura gris” (tuberías, cisternas y plantas de tratamiento de agua).
Desde hace varios años, en México se registra en forma soterrada e imperceptible una mudanza tumultuaria de personas de las zonas más susceptibles de ser golpeadas por la furia de la naturaleza, tales como las playas pero también las áreas donde ocurren más movimientos telúricos.
De acuerdo con los expertos, el clima provoca 10 veces más desplazamientos en México que la espiral de violencia que tiñe de rojo amplias regiones del país desde 2006, cuando el gobierno lanzó su cuestionada estrategia contra el crimen con apoyo de las Fuerzas Armadas, dejando un balance hasta ahora de 33.5000 muertos.
Sólo en septiembre 2013, el huracán “Manuel”, que azotó la costa sur el sur del país, sobre todo el famoso centro veraniego de Acapulco, y el huracán Ingrid, que entró por el otro lado de las costas mexicanas, en el Atlántico, a través del estado de Veracruz, obligó a 118.000 personas a trasladarse a otras ciudades.
Según estimaciones del Observatorio de Desplazamiento Interno, al menos 2,3 millones han sido obligados a cambiar de lugar de residencia en los últimos 12 años.
El organismo considera que las inundaciones y los huracanes Ida (2009), Jimena (2009), Arlene (2011), Ingrid (2013), Manuel (2013) y Patricia (2015) son los fenómenos meteorológicos que más han contribuido a las migraciones internas.
Los terremotos del 7 y el 19 de septiembre de 2017, que dejaron unos 500 muertos en la capital, los estados sureños de Oaxaca y Chiapas y otros 7 estados, también empujaron a casi 200.000 a emigrar a otras partes del país, según el IDMC.
El Banco Mundial ha señalado que, a menos que se adopten medidas concretas para hacerle frente al cambio climático global, de aquí a 2050 podría obligar a más de 143 millones de personas a desplazarse dentro de sus propios países.
— NNN-AGENCIAS