MOSCÚ, 24 de junio (NNN-AGENCIAS) — El ministro de Defensa ruso, Sergey Shoigu, advirtió el miércoles sobre la posibilidad de que se reanude una guerra civil en Afganistán después de la retirada de las fuerzas de la OTAN, y dijo que la alianza militar liderada por Estados Unidos no había logrado “resultados significativos en la estabilización” a pesar de su presencia de 20 años en el país.
El alto funcionario militar pidió además una “acción urgente” para cambiar la evolución de la situación afgana y dijo: “Los acontecimientos en Afganistán requieren la atención especial tanto de los países vecinos como de las organizaciones internacionales”.
El miembro del consejo provincial de Kunduz, Khaliddin Hakmi, dijo el martes pasado que toda la ciudad de Shir Khan, ubicada en el extremo norte de Afganistán y a unos 50 kilómetros de Kunduz, había sido capturada por los militantes.
Por otra parte, el Representante Permanente de China ante las Naciones Unidas, Zhang Jun, enfatizó que la situación en Afganistán se encontraba en una coyuntura crítica, ya que las negociaciones intra-afganas han experimentado reveses importantes desde el anuncio de Estados Unidos de su retiro de tropas en abril.
Zhang dijo que no se debe permitir que fuerzas externas persigan intereses personales estrechos en ese país y lo conviertan en un escenario de un juego geopolítico.
Manifestó que Pekín haría todo lo posible para continuar apoyando, mediando y facilitando el proceso de paz y reconciliación en Afganistán para ayudarlo a lograr la paz, la estabilidad, el desarrollo y la prosperidad en una fecha temprana.
Washington, mientras tanto, reaccionó con desdén ante la creciente violencia en Afganistán instando a las partes en conflicto a detener el derramamiento de sangre y entablar negociaciones serias que determinen una hoja de ruta política para el futuro del país.
“Seguimos pidiendo el fin de la violencia en curso que ha sido impulsada en gran medida por los talibanes”, dijo el martes anterior el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price.
Las fuerzas del gobierno han retomado algunos de los territorios capturados por los talibanes en el norte del país devastado por la guerra.
La Casa Blanca emitió un comunicado el domingo pasado anunciando que el presidente Ashraf Ghani y el principal negociador Abdullah Abdullah visitarían Washington el viernes para conversar con funcionarios estadounidenses.
“El presidente Biden espera dar la bienvenida al presidente afgano y al Dr. Abdullah Abdullah, presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional, en la Casa Blanca el 25 de junio de 2021”, dijo el comunicado, sin dar más detalles sobre la agenda de la visita.
La declaración afirmó además que Estados Unidos permanecería profundamente comprometido con el gobierno de Afganistán para garantizar que el país nunca más se convierta en un “refugio seguro para los grupos terroristas que representan una amenaza para la patria estadounidense”.
El ex presidente afgano Hamid Karzai enfatizó en una entrevista que EE.UU. vino a Afganistán para combatir el extremismo y traer estabilidad, pero se fue casi 20 años después y ahora fracasó en ambos.
“La comunidad internacional vino aquí hace 20 años con este claro objetivo de luchar contra el extremismo y traer estabilidad… pero el extremismo está en su punto más alto hoy. Entonces, han fallado”, dijo durante una entrevista con AP.
“Reconocemos como afganos todos nuestros fracasos, pero ¿qué pasa con las fuerzas y poderes más grandes que vinieron aquí exactamente con ese propósito? ¿Dónde nos dejan ahora? preguntó, y respondió: “En total desgracia y desastre”.
El ejército estadounidense encabezó una invasión masiva de Afganistán en 2001 en lo que proclamó que era una “guerra contra el terror” y tenía como objetivo erradicar a los talibanes. Sin embargo, veinte años después, el terrorismo sigue siendo el pilar del país. Washington entabló conversaciones de “paz” con los militantes talibanes que excluyeron al gobierno afgano electo.
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