PARÍS, 2 de marzo (NNN-AGENCIAS) — El expresidente francés, Nicolas Sarkozy, fue condenado el lunes a tres años de prisión -dos con libertad condicional- por el escándalo de escuchas telefónicas, aunque no irá tras las rejas.
Entre los cargos, se le imputan actos de corrupción y tráfico de influencias.
Sarkozy, de 66 años, es el segundo presidente de la República condenado a prisión, después de Jacques Chirac, sentenciado por un caso de falso empleo en la Comuna de París cuando era alcalde.
La fiscalía había pedido para Sarkozy 4 años de prisión, dos con libertad condicional.
Junto a los otros dos imputados, el abogado Thierry Herzog y el magistrado Gilbert Azibert, Sarzozy fue declarado culpable de lo que el presidente del tribunal denominó “un pacto de corrupción” y de tráfico de influencias.
El juez Azibert presuntamente recibió la promesa de ventajas profesionales a cambio de información amparada en la confidencialidad sobre el expresidente de la República.
La defensa de Sarkozy, que está esperando sentencias en otros dos juicios en su contra, probablemente anunciará la apelación.
El año de prisión a cumplir, de confirmarse, podría transformarse en un régimen de semi-libertad o en trabajos socialmente útiles.
Sarkozy fue presidente de 2007 a 2012 y fue declarado culpable básicamente de intentar obtener ilegalmente información de un magistrado de alto rango en 2014 sobre una investigación en curso sobre las finanzas de su campaña.
El juez dijo que Sarkozy no necesitaba pasar tiempo en la cárcel. Podría cumplir la condena llevando un brazalete electrónico en casa.
La prensa llamó la investigación “caso de escuchas telefónicas”. Comenzó en 2013 cuando los investigadores intervinieron teléfonos pertenecientes a Sarkozy y su abogado Herzog, en el contexto de una investigación contra el exmandatario.
Entonces descubrieron se le prometió a Azibert un puesto prestigioso en Mónaco, a cambio de información sobre una investigación en curso sobre las denuncias de que Sarkozy había aceptado pagos ilegales de la heredera de L’Oreal, Liliane Bettencourt, por su exitosa campaña presidencial de 2007.
Sarkozy enfrenta otras acusaciones. En poco más de dos semanas volverá a ser juzgado acusado de violar las reglas de financiación de la campaña durante su fallida candidatura a la reelección de 2012, al trabajar con una empresa amiga de relaciones públicas para ocultar el verdadero costo de su campaña.
En otro caso, los fiscales franceses están investigando la supuesta financiación ilegal de campañas por parte de Libia.
El ex líder libio fallecido Muammar Gaddafi supuestamente proporcionó a la campaña de 2007 de Sarkozy millones de euros enviados a París en maletas.
— NNN-AGENCIAS