RANGÚN, 14 de febrero (NNN-AGENCIAS) — El sábado se cumplió el octavo día de manifestaciones callejeras y otras acciones contra los militares que tomaron el poder en Birmania, a pesar de la dura represión implementada y el llamado de la ONU a la liberación de la líder derrocada Aung San Suu Kyi.
En los barrios de la capital se han creado grupos de vigilancia espontánea para contrarrestar las detenciones de activistas.
El sábado la multitud desafió el toque de queda nocturno tras los rumores de que la policía se estaba preparando para lanzar una nueva ola de arrestos.
Uno de estos grupos se dirigió a un hospital en la ciudad de Pathein, donde se esperaba el arresto de un médico conocido, que cantaba una oración budista pidiendo protección contra cualquier daño.
El hombre, llamado Than Min Htut, confirmó que aún está libre y listo para participar en una campaña de desobediencia civil contra el gobierno militar.
Incluso en Rangún una multitud se reunió convocada a través de Facebook ignorando las amenazas de la junta militar, saliendo a la calle con cacerolas y sartenes.
Más de 320 personas han sido detenidas desde el golpe de la semana pasada, según el grupo de seguimiento de la Asociación de Asistencia a los Presos Políticos. (ANSA).
— NNN-AGENCIAS
