LUANDA, 21 de enero (NNN-PRENSA LATINA) — La COVID-19 incrementó los desafíos para la paz y la seguridad en África y tornó más visibles los vínculos entre las fragilidades socioeconómicas y la proliferación de grupos armados, alertó el miércoles Angola.
Escenarios, con carencias humanitarias precedentes, sufren al mismo tiempo los efectos de la pandemia -provocada por el coronavirus SARS-CoV2- y la proliferación de grupos armados que afectan la estabilidad política, juzgó aquí la ministra de estado para el Área Social, Carolina Cerqueira.
A escala global, acotó, la crisis por la COVID-19 contribuyó al aumento de la pobreza extrema y la contracción económica de entornos frágiles y afectados por conflictos, en perjuicio de una población estimada entre 18 y 27 millones de personas.
Pese a las dificultades, las iniciativas de paz, seguridad, democracia, acción humanitaria y voluntaria en defensa de los derechos humanos, continúan en la agenda de los gobiernos, sopesó la funcionaria al intervenir en una mesa redonda sobre la participación de la mujer en los procesos de paz y la resolución de conflictos.
A juicio de Cerqueira, resultan insuficientes los enfoques de género en los procesos de construcción, prevención y mantenimiento de la paz; las mujeres siguen marginadas en materia de política y procesos diplomáticos, mientras continúan como blancos predominantes de las violaciones de derechos humanos y los abusos sexuales, además de ser manipuladas como armas de guerra, consideró.
Según recordó, la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre Mujeres, Paz y Seguridad, del año 2000, subrayó la importancia de la participación femenina en tales asuntos; sin embargo, ‘los avances han sido muy lentos’, sentenció.
Cerqueira señaló que en el caso de Angola hay progresos notables, aunque los resultados están todavía muy lejos de los objetivos y los compromisos asumidos por el estado.
— NNN-PRENSA LATINA
