México reporta cuarto récord de casos diarios

CIUDAD DE MEXICO, 11 de enero (NNN-AGENCIAS) — México registró por cuarto día consecutivo una nueva marca que Esta vez supera la barrera de los 16 mil casos diarios de COVID-19, en medio de una tendencia alcista que no se frena a pesar de los nuevos confinamientos decretados por las autoridades sanitarias.

Al acumular 1.524.037 casos y 133.204 muertes, este país latinoamericano ubicado en los primeros lugares en el mundo en mortalidad por número de habitantes enfrenta un panorama de incertidumbre, mientras la vacunación avanza a paso de tortuga pues han sido inoculados menos de 75.000 personas.

Por quinto día sucesivo, se contabilizaron en el país también más de 1.000 muertes, aunque la única buena noticia es que el ritmo de fatalidades parece ser menor al de las infecciones.

Los hospitales están totalmente desbordados sobre todo en la capital mexicana y su periferia, el principal epicentro de la pandemia de COVID-19, pero también en las otras dos mayores urbes del país, Guadalajara (capital del estado de Jalisco, al occidente del país) y Monterrey (capital de Nuevo León, al norte).

La ocupación de camas en centros médicos en promedio a nivel nacional es de 56%, pero en la capital la cifra llega al 90% y en Guanajuato (centro), al 85%.

La crisis sanitaria se focaliza sobre todo en un tercio (10) de los 31 estados del país, en la mayoría de los cuales rige una cuarentena total, excepto en actividades esenciales como la venta al menudeo en supermercados y farmacias, la construcción y las manufacturas.

En la Ciudad de México, que acapara una de cada cinco muertes oficiales, así como en Guadalajara y Monterrey, los crematorios y funerarias están totalmente rebasados.

En la capital, los cuerpos tardan más de 48 horas en ser cremados y los tiempos de espera aumentan día a día, al grado de que las familias deben esperar hasta cuatro o cinco días para que les entreguen las cenizas de sus seres queridos fallecidos por COVID-19 o cualquier otra enfermedad.

Sin embargo, en Monterrey, los deudos deben esperar en algunos casos entre 15 días y hasta un mes para poder recibir la urna con los restos incinerados de sus familiares fallecidos.

David Vélez, presidente de la Asociación de Funerarias y Embalsamadores de la Ciudad de México, describió la situación como “muy preocupante y alarmante” en esta segunda oleada.

Aunque reconoció que la autoridad ha brindado “todas las facilidades y hemos trabajado de la mano”, el dirigente dijo que lamentablemente ya no nos damos abasto”.

El gubernamental Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), un gigante que atiende a 6 de cada 10 mexicanos, anunció el aumento en 39% de su capacidad hospitalaria para atender a pacientes enfermos de COVID-19 en ocho estados, donde se registra el “pico” más alto de contagios.

Sin embargo, se estima que aun así la demanda supera la oferta, y el fantasma del colapso acecha a cada momento.

El sector sanitario mientras tanto sigue enfrentando jornadas agotadoras, llenas de estrés, desánimo y sobresaltos constantes, una situación agudizada por la escasez de personal, sobre todo en las áreas de terapia crítica.

Los médicos y enfermeras señalan que la sobrecarga de trabajo es de tal magnitud que a veces evitan ir al baño, omiten su hora de comida y extienden sus jornadas invariablemente para evitar dejar sin atención a los enfermos graves.

Mientras tanto, el avance en la vacunación iniciada el 24 de diciembre pasado sigue siendo magro, aunque se espera que registre un salto en breve con la llegada a partir del martes de 400.000 nuevas dosis de la firma estadounidense Pfizer y su socio alemán BioNTech, el embarque más grande recibido hasta ahora.

El presidente Andrés López Obrador señaló el sábado al inaugurar un nuevo cuartel de la Guardia Nacional que a partir de la próxima semana comienza “una campaña de vacunación masiva”.

El gobierno prevé desplegar 10.000 brigadas de voluntarios para inmunizar a 15 millones de personas de más de 60 años hasta en los lugares más recónditos, una vez que concluya este mes la vacunación de alrededor de 750.000 miembros del personal que lucha en la “primera línea” contra la pandemia.
— NNN-AGENCIAS

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