Arabia Saudita desarrolla estrategia para involucrarse en África

RIAD, 31 de marzo (NNN-AGENCIAS) — Después de años de un compromiso comparativamente modesto con los países de África oriental, el Reino de Arabia Saudita está poniendo en marcha una ambiciosa estrategia de compromiso con el continente.

Lentamente, pero con seguridad, Riad está empezando a mirar hacia el oeste. Después de años de un compromiso comparativamente modesto con los países de África oriental, el Reino de Arabia Saudita está poniendo en marcha una ambiciosa estrategia de compromiso con el continente.

Según The National Interest, en los últimos años, el reino ha profundizado drásticamente su participación financiera en el continente.

En 2018, la Arabia Saudita ya ocupaba el quinto lugar entre los mayores inversores internacionales en África, con cerca de 4 mil millones de dólares invertidos en proyectos en toda la región. Sin embargo, la creciente atención de Riad últimamente ha llevado a una participación económica aún mayor en los asuntos africanos en todo, desde el sector energético de Sudáfrica hasta la cooperación en materia de defensa con Sudán.

De acuerdo a la fuente, ese compromiso está impulsado por las necesidades internas. África es esencial para el reino por razones económicas. Sólo el 2 por ciento del total de la tierra saudita es cultivable, y como resultado, el país depende en gran medida de las importaciones de alimentos de fuentes extranjeras.

En el último decenio, Riad ha tratado de mitigar esta dependencia histórica invirtiendo profundamente en asociaciones agrícolas en el África oriental como parte de una “iniciativa de seguridad alimentaria” oficial y en curso. Ello ha supuesto, entre otras cosas, la compra de miles de hectáreas de tierras en África por empresas sauditas con el fin de cultivar lo que los funcionarios de Riad esperan que con el tiempo se amplíe para convertirse en una parte esencial de su construcción económica.

Sin embargo, el compromiso de Riad no está impulsado únicamente por el potencial económico de África. El reino también considera claramente que su presencia allí es cada vez más importante para disuadir las posibles amenazas a su propia seguridad. De hecho, entre los objetivos del Pacto del Mar Rojo recientemente firmado destaca la lucha contra la piratería marítima, una iniciativa de colaboración que ayudaría a proteger el vulnerable flanco occidental de Arabia Saudita.

El reino también ha llegado a considerar que su huella en África es una forma de impugnar las incursiones en competencia que están haciendo allí sus rivales regionales.

De acuerdo con la publicación, hace tres años, se descubrió que los Guardianes de la Revolución de Irán presuntamente contrabandeaban armas a los rebeldes hutíes de Yemen a través de Somalia. Desde entonces, Riad ha trabajado diligentemente para ampliar sus vínculos con Mogadiscio a fin de evitar que se repita, así como para inclinar más decididamente el gobierno del Presidente Mohamed Farmajo hacia su órbita, y alejarlo de la atracción competidora de Turquía y Qatar, que tienen una gran influencia en la nación de África oriental.

Como parte de esta labor de divulgación, el Reino también ha asumido el papel de pacificador regional, actuando como intermediario en una cesación del fuego en 2018 entre Etiopía y Eritrea, adversarios africanos de larga data, que ha allanado el camino para la estabilización del Cuerno de África.

Hoy en día, la Casa de Al Saud se enfrenta a una multitud de desafíos urgentes. En su casa ha comenzado una reorientación fundamental del país para alejarlo de una economía basada en el petróleo, y una revisión masiva de las normas sociales y culturales a fin de mantener el ritmo de las expectativas de su joven y ambiciosa población.

En el extranjero, mientras tanto, el país sigue envuelto en una sangrienta agresión contra Yemen, una competencia estratégica con su rival regional Irán y un tira y afloja ideológico con su rival intelectual Qatar.
— NNN-AGENCIAS

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