Atropellan cortejo de Carnaval en Alemania

BERLÍN, 25 de febrero (NNN-AGENCIAS) — Al menos 30 personas resultaron heridas, siete de ellas de gravedad, cuyo pronóstico aún es reservado, después de que un hombre de 29 años atropelló “intencionalmente” con su vehículo, que apuntó directamente a un cortejo que participaba en el tan esperado Carnaval de Volkmarsen, en Hesse.

La modalidad inmediatamente hizo pensar en terrorismo. La policía definió sin embargo un gesto “intencional”, y provocó un gran caos para establecer si se debía definir el episodio como un “atentado” o no, a pocos días de la masacre de Hanau, cometida por un hombre afectado por graves trastornos psíquicos, y también “profundamente racista”, en la misma región.

La policía dijo no, el ministro del Interior de Hasse afirmó en cambio que esta hipótesis no puede ser excluida. Lo cierto es que el joven alemán, al volante de una vagoneta Mercedes gris metalizada que embistió a la multitud a eso de las 14.45 locales (13.45 GMT), fue detenido poco después del hecho por la policía y no estaba en grado de responder al interrogatorio. Estaba fuertemente alcoholizado, escribió el Spiegel.

La acción fue deseada: el automovilista superó una barrera con el automóvil, se acercó a 30 metros del grupo y “luego dio gas”, según el testimonio recogido por los medios locales. La pequeña comunidad de un pueblo de 6.800 almas, a 30 kilómetros de Kassel, en la región de Hesse, ahora está en estado de shock.

Inmediatamente después del incidente, rescatistas entre lágrimas, fueron derramadas sobre quienes, enmascarados, todavía estaban tirados en el suelo. Incluso niños pequeños resultaron heridos. En poco tiempo, tan pronto como se difundió la noticia, se detuvieron todos los demás desfiles de moda en la región. El Carnaval terminó, entre sangre. Y esto incluso una semana después del trágico atentado terrorista de Hanau, donde un hombre de 43 años, también este alemán, mató a nueve migrantes disparando con un arma de fuego entre dos “bares shisha”, locales de comida oriental, de una ciudad a pocos kilómetros del Frankfurt sobre el río Meno.

Las víctimas en aquel caso fueron en total 11 porque después de regresa a su casa, Tobias Rathjen mató a su madre y luego se quitó la vida. Sus ideas delirantes habían sido escritas sobre un manifiesto con el cual reivindicaba la masacre, afirmando que las poblaciones que no pueden ser expulsadas de Alemania deben ser “aniquiladas”.

Son semanas de oscuras para este país, y la política parece derivar entre estos horrendos actos de violencia. Hoy Annegret Kramp-Karrenbauer, comentando el desastre recogido por su partido CDU en las urnas de Hamburgo, afirmó que ahora en Alemania “aquello que antes era impensable se puede pensar, y aquello que antes era indescriptible se puede decir”.

Y de la masacre de Hanau, señaló, el partido de ultraderecha Afd por esta razón es “correo”. El ataque de hoy al carnaval no tendría motivos políticos. Pero sucede en el mismo clima de incertidumbre general en el que la violencia -incluso la de los gestos locos- lamentablemente se arraiga. (ANSA).
— NNN-AGENCIAS

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