Damasco acuerda abrir corredor humanitario

BEIRUT, 14 de enero (NNN-AGENCIAS) — La tregua turco-rusa en el noroeste de Siria, pese a que el lunes fue violada con varios ataques aéreos y bombardeos de artillería, alcanzó por ahora el primer objetivo humanitario: limitar el baño de sangre diario en la atormentada región de Idlib. 

En tanto en Moscú los líderes de inteligencia de Turquía y Siria -países en desacuerdo desde que Ankara apoyó a la oposición armada siria- hablaron en una reunión hecha pública por los medios oficiales de Damasco.
    
En la zona de Idlib, después de 24 horas desde la entrada en vigor del acuerdo, anunciado el pasado domingo desde Ankara, se registró una víctima civil, muerta bajo los bombardeos de Damasco en el distrito de Maarrat an Numam.
    
Fuera del control gubernamental y bajo influencia directa de Ankara, la región de Idlib y algunos apéndices de la vecina región de Alepo hospedan desde hace años a cerca de tres millones de civiles.
    
La mitad de estos sirios, desde hace años expuestos a la violencia de la guerra, fueron desplazados provenientes de otras regiones, volviéndose hace ocho años pero gradualmente puestos de rodillas por la reconquista de Damasco y de sus fuertes aliados estratégicos, Irán pero sobre todo Rusia.
    
Moscú, en un acuerdo con Damasco, anunció el lunes la apertura de tres pasos fronterizos para la salida de los civiles de las zonas más afectadas por la ofensiva rusa y gubernamental. Para la agencia siria de noticias Sana se trata de “corredores humanitarios” abiertos para lograr ponerse a salvo de las “operaciones directas contra los terroristas”.
    
El término es usado por el gobierno sirio para indicar a todos aquellos milicianos anti-régimen, excluidos de los combates de los grupos qaedistas, que aún operan en Idlib, con el aprobación del gobierno turco. Esto, en acuerdo con Moscú y con Irán, desplegó a Idlib sus militares y levantó torres de observación.
    
Los tres pasos fronterizos están respectivamente en el norte, el este y el sur de Maarrat an Numam, epicentro de la ofensiva ruso-siria y objetivo estratégico de corto plazo. Por aquí pasa la carretera Damasco-Alepo, arteria vital para el renacimiento de la economía y de los negocios de la “reconstrucción”.
    
Desde el inicio de la nueva campaña militar de Damasco y Moscú sobre Idlib la ONU cuenta con más de 300 mil desplazados.
    
Pero ninguno de estos por ahora huyó hacia los pasos fronterizos abiertos por rusos y gubernamentales sino a las áreas cercanas a la frontera turca, menos expuestos a los ataques aéreos.
    
La protección civil de Idlib documentó hoy cerca de 140 violaciones del alto el fuego que entró formalmente en vigor ayer domingo a las 12 hora local. Estos son ataques aéreos y de artillería llevados a cabo por las fuerzas rusas y gubernamentales a las que los milicianos anti-régimen respondieron con morteros en el área de Alepo.
    
Y mientras el premier sirio, Imad Khamis, y el ministro de Exteriores, Walid al Muallim, están hoy en Teherán, el general Ali Mamluk, jefe de la oficina de la seguridad nacional siria, fue a Moscú donde se encontró con el jefe de la inteligencia interna turca, Hakan Fidan. 

Los dos ya se había encontrado en octubre de 2018 en en cuartel general ruso en Siria, en la base de Hmeimim. Pero es la primera vez que los medios de Damasco dan cuenta de la reapertura de los contactos institucionales entre los dos gobiernos.(ANSA).
— NNN-AGENCIAS

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