NACIONES UNDIAS, 22 oct (NNN-UNIS) — La temporada de cosecha de aceitunas en Cisjordania ha sido marcada por una escalada sin precedentes de violencia de colonos israelíes y fuerzas de ocupación, en lo que la Oficina de Derechos Humanos de la ONU describe como una estrategia sistemática de anexión territorial y desplazamiento forzado.

“El olivo no es solo un árbol, es sustento, herencia y resistencia”, afirmó Ajith Sunghay, jefe de la oficina en los territorios palestinos ocupados, citando al poeta Mahmoud Darwish. Para más de 80.000 familias palestinas, esta cosecha es vital para su supervivencia económica y su conexión ancestral con la tierra.
Según un nuevo informe, en los primeros seis meses de 2025 se registraron 757 ataques de colonos contra agricultores, propiedades y cultivos —un 13 % más que en el mismo periodo de 2024—, con frecuentes casos de agresiones físicas, robo de cosechas y destrucción de olivos. En muchos casos, soldados israelíes no solo no intervinieron, sino que acompañaron o protegieron a los atacantes.
Las pérdidas económicas son devastadoras: en 2023, cerca de 96.000 dunums (9.600 hectáreas) de olivares quedaron sin cosechar por ataques y restricciones de acceso, generando pérdidas superiores a los 10 millones de dólares. La tendencia se mantiene en 2024 y 2025, mientras se intensifican las demoliciones de viviendas rurales, la instalación de portones de control y la expropiación de tierras para ampliar asentamientos ilegales.
Sunghay denunció que estos actos forman parte de una ofensiva más amplia para desplazar a la población palestina y consolidar la anexión de Cisjordania, una política que ha dejado más de 1.000 palestinos muertos desde octubre de 2023 y miles desplazados.
“La ocupación debe terminar. Las colonias deben ser desmanteladas”, afirmó Sunghay, recordando el fallo de la Corte Internacional de Justicia que declara ilegal la ocupación. Israel tiene obligaciones legales bajo el derecho internacional de proteger a los civiles y garantizar sus derechos.
La ONU y organizaciones de la sociedad civil continúan documentando violaciones, brindando asistencia legal y desplegando observadores en zonas de riesgo. Pero, según Sunghay, “proteger la cosecha de aceitunas no es solo una cuestión económica: es un compromiso con la justicia, la dignidad y la paz”.
Exigió a la comunidad internacional presionar a Israel para garantizar el acceso seguro a las tierras, detener las agresiones y exigir rendición de cuentas por los crímenes cometidos.
— NNN-UNIS
