QUITO, 14 sep (NNN-PRENSA LATINA) — El nuevo precio del diésel sin subsidio entró el sábado en vigencia en Ecuador, tras aumentar de 1,80 a 2,80 dólares por galón, una medida anunciada por la ministra de Economía y Finanzas, Sariha Moya, como parte de una política de ajuste para “cerrar brechas sociales”.
Organizaciones sociales, indígenas, estudiantiles y políticas calificaron la decisión como un “paquetazo neoliberal” impulsado por compromisos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) denunció que la medida encarecerá inmediatamente la canasta básica, el transporte y la producción campesina.
“El Gobierno de Noboa demuestra que no le importa el pueblo. Sacrifica la vida, la salud y la educación para cumplir con el FMI”, señaló la organización, que anunció asambleas permanentes y activación de mecanismos de resistencia.
Para CONAIE, los bonos anunciados como compensación son “migajas temporales” incapaces de resolver la crisis estructural.
El movimiento Pachakutik criticó que, apenas un día después de liderar una marcha prometiendo paz y justicia en Guayaquil, Noboa eliminara el subsidio.
La Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE) advirtió que el aumento repercutirá en el transporte público, pese a que el ministro del sector, Roberto Luque, afirmó que “no subirá un centavo”.
Legisladores opositores, como Viviana Veloz y Mónica Palacios (Revolution Ciudadana), señalaron que se trata de la “agenda del neoliberalismo en la región: recortes para el pueblo, privilegios para las élites”.
El parlamentario andino Virgilio Hernández afirmó: “Este país está gobernado por el FMI, lo demás son cuentos”.
En redes sociales, ciudadanos recordaron que Noboa prometió durante su campaña electoral reducir el costo de los combustibles.
— NNN-PRENSA LATINA