NACIONES UNIDAS, 11 ago (NNN-UNIS) — Con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los agricultores haitianos están fortaleciendo su resiliencia frente al hambre y el cambio climático mediante la creación de bancos de semillas comunitarios.

Años de crisis política, inestabilidad y condiciones climáticas extremas han agravado un problema crónico: la falta de acceso a semillas de calidad. Muchos agricultores enfrentan tasas de germinación del 40 % o 50 %, lo que reduce drásticamente los rendimientos y compromete sus medios de subsistencia.
Para revertir esta situación, la FAO trabaja con el Ministerio de Agricultura de Haití para localizar la producción de semillas y formar a agricultores en la gestión de bancos de semillas artesanales. Actualmente, existen más de 200 bancos de semillas distribuidos por todo el país, que cultivan y distribuyen semillas de alta calidad para aumentar la productividad agrícola y reducir la dependencia de importaciones.
“Las semillas de calidad contribuyen directamente a la seguridad alimentaria y al fortalecimiento de las comunidades”, afirmó Pierre-Frantz Jacques, exagricultor y director del proyecto de bancos de semillas de la FAO. Cerca de dos tercios de la población haitiana depende de la agricultura, principalmente pequeños productores que hoy apenas cubren el 40 % de la demanda alimentaria nacional.
Tras el terremoto de 2010, la FAO revitalizó este programa como parte de una estrategia de reconstrucción a largo plazo. Los bancos reciben semillas de primera generación y capacitación en buenas prácticas agrícolas, manejo financiero y almacenamiento adecuado, incluyendo silos para proteger las reservas de fenómenos climáticos extremos.
El programa combina conocimientos científicos con el saber local: son los propios agricultores quienes eligen las variedades, muchas de ellas tradicionales y bien adaptadas al entorno. “Los campesinos conocen su tierra, su clima, su suelo. Ese conocimiento se transmite de generación en generación”, destacó Jacques.
Para la FAO, estas iniciativas son clave para devolver la dignidad y la autonomía a las comunidades. “La resiliencia hace que la gente deje de verse como receptora de ayuda y comience a verse como protagonista de su propio futuro”, afirmó Pierre Vauthier, representante de la FAO en Haití. En un contexto de crisis prolongada —con 1,3 millones de desplazados y casi seis millones en inseguridad alimentaria extrema—, estos pequeños cambios sostenibles pueden sentar las bases para una transformación duradera.
— NNN-UNIS
Por Naima Sawaya