BEIRUT, 8 ago (NNN-HISPANTV) — Miles de simpatizantes de Hezbolá y del Movimiento Amal tomaron las calles de Beirut, el sur del Líbano y el valle de la Bekaa el jueves por la noche, en rechazo a la reciente decisión gubernamental de avanzar en el desarme de la resistencia libanesa, una medida impulsada por Estados Unidos.

Los manifestantes, que ondeaban banderas amarillas y recorrieron las ciudades en motocicletas, advirtieron que desarmar a Hezbolá dejaría al sur del país indefenso ante los continuos ataques israelíes. “Sin resistencia, no hay protección”, coreaban.
El primer ministro libanés, Nawaf Salam, confirmó que el gabinete aprobó los lineamientos de la propuesta estadounidense, que busca transferir el control de todas las armas al Estado para fines de 2025. Sin embargo, la medida ha generado una fuerte división política.
Mahmoud Komati, subjefe del Consejo Político de Hezbolá, calificó la decisión como una “rendición” a los intereses de EE.UU. e Israel. “No se puede pedir a un pueblo que renuncie a su resistencia mientras su tierra sigue ocupada”, declaró.
Aunque el movimiento chií no ha emitido un comunicado oficial tras las protestas, su secretario general, el jeque Naim Qasem, había advertido previamente que el desarme debilitaría la capacidad del Líbano para defenderse. “La resistencia no es un asunto que se decida por imposición externa, sino por consenso nacional”, afirmó.
La polémica surge en medio de un recrudecimiento de los ataques israelíes en la frontera sur, donde Hezbolá ha mantenido una tensa contención con el ejército israelí. Los partidarios del grupo argumentan que su arsenal es la única garantía de disuasión frente a una posible invasión.
Mientras el gobierno libanés busca equilibrar presiones internacionales y demandas internas, las protestas reflejan el profundo arraigo de Hezbolá en amplios sectores de la sociedad, que lo ven como un baluarte contra la agresión israelí.
— NNN-HISPANTV