PEKÍN, 25 jun (NNN-TELESUR) — De acuerdo con las autoridades locales, las actuales inundaciones son las más graves registradas en la región en los últimos 30 años, resultado de intensas y prolongadas lluvias que superaron los 255 milímetros en 24 horas, provocando el desbordamiento de ríos.
El río Duliu sufrió su mayor crecida histórica, alcanzando un caudal de 11 400 metros cúbicos por segundo y superando en 11 metros su nivel habitual, lo que sumergió gran parte de la ciudad.
Ante la magnitud del desastre, el Ministerio de Recursos Hídricos activó un plan de emergencia por inundaciones que se extendió a múltiples provincias, incluyendo Anhui, Henan, Hubei, Hunan, Jiangsu, Zhejiang, la región autónoma de Guangxi Zhuang y la ciudad de Chongqing, evidenciando la amplitud del impacto.
Además de las evacuaciones masivas, la situación se agravó con la desaparición de cuatro personas en la aldea de Xinquan, en el distrito de Jingyuan, provincia de Gansu, tras un aluvión. Inmediatamente, las autoridades movilizaron equipos de seguridad pública, rescate, bomberos y comunicación para coordinar la búsqueda de los desaparecidos, la evacuación de residentes y la evaluación de riesgos, entre otras medidas urgentes.
Los fenómenos climáticos extremos se intensifican en Asia, con la región central enfrentando las peores inundaciones en siete décadas, que han desplazado a 118 000 personas. Al mismo tiempo, China ha sido golpeada por ciclones tropicales, como el Yagi, y una severa sequía que afectó a casi cinco millones de habitantes y causó pérdidas económicas estimadas en 400 millones de dólares.
Un reciente informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) subraya que la crisis climática no es una amenaza futura; es un fenómeno presente que está transformando drásticamente el presente de Asia y cuyas consecuencias se extienden globalmente. Esto refuerza la urgencia de tratar el cambio climático como un problema inmediato y devastador.
— NNN-TELESUR
