GAZA, 25 jun (NNN-CUBADEBATE) — Soldados israelíes mataron al menos a 40 palestinos el martes en Gaza, informaron médicos locales y residentes, en un nuevo episodio de violencia poco después de que Israel e Irán acordaran un alto al fuego tras una guerra aérea de 12 días.
Marwan Abu Naser, del hospital al-Awda en Nuseirat, ubicado en el centro de Gaza, indicó que recibieron los cuerpos de 19 personas fallecidas y atendieron a 146 heridos. Todos intentaban acceder a un centro de distribución de ayuda gestionado por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), respaldada por Estados Unidos y con apoyo logístico de Israel.
También se reportó que al menos 10 palestinos perdieron la vida en un bombardeo israelí contra una vivienda en el barrio de Sabra, en la ciudad de Gaza.
La ONU rechaza el sistema de distribución de la GHF por considerarlo inadecuado, peligroso y contrario a los principios de imparcialidad humanitaria.
Philippe Lazzarini, director de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA), calificó el nuevo mecanismo como una “abominación” y “una trampa mortal” durante una rueda de prensa en Berlín el martes.
El ejército israelí lanzó octavillas sobre varias zonas del norte de Gaza ordenando a los residentes abandonar sus hogares y desplazarse hacia el sur, lo que sugiere posibles nuevos ataques en la zona.
Durante la jornada, el primer ministro catarí y ministro de Asuntos Exteriores, el jeque Mohamed bin Abdulrahman Al Thani, anunció que Catar espera reanudar las negociaciones sobre el alto al fuego en Gaza en los próximos dos días, actuando como mediador en el conflicto.
“Esperamos retomar las conversaciones sobre el alto al fuego en Gaza dentro de los próximos dos días”, afirmó el primer ministro en una conferencia conjunta con su homólogo libanés, Nawaf Salam.
Al Thani destacó que Catar y Egipto continúan desempeñando su papel de mediadores para lograr un acuerdo entre Israel y el movimiento palestino Hamás, pese a la complicación generada por los recientes enfrentamientos entre Israel e Irán.
La ofensiva militar israelí en Gaza, desencadenada tras el ataque de Hamás en octubre de 2023 —en el que murieron cerca de 1 200 personas y fueron tomados más de 200 rehenes— ha dejado más de 56 000 muertos y al menos 131 600 heridos en Gaza, mayormente civiles, además de destruir gran parte de la infraestructura del enclave costero.
Entre el 19 de enero y el 1 de marzo de este año, se mantuvo un alto al fuego en Gaza, acordado en el marco de la liberación de rehenes israelíes a cambio del indulto de presos palestinos. Tras expirar oficialmente la tregua, los combates no se reanudaron de inmediato debido a los esfuerzos de mediación para relanzar las negociaciones.
No obstante, Israel reanudó las hostilidades a mediados de marzo, rompiendo unilateralmente la tregua y justificando la medida con la inflexibilidad de Hamás.
Hamás ha manifestado estar dispuesto a liberar a los rehenes aún en poder de sus milicianos si se alcanza un acuerdo que ponga fin a la guerra, mientras que Israel sostiene que el conflicto solo terminará si Hamás se desarma por completo. El grupo palestino rechaza cualquier propuesta que implique dejar las armas.
Como parte de la escalada, Israel cortó el suministro eléctrico a la planta desalinizadora de Gaza y cerró el paso a los convoyes de ayuda humanitaria al enclave.
ONU denuncia que gazatíes deben elegir entre morir de hambre o arriesgarse a ser asesinados
El portavoz de la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Thameen al Kheetan, denunció el martes que los habitantes de Gaza siguen enfrentándose a una situación “inhumana” en la que tienen que decidir entre “morir de hambre” o “arriesgar sus vidas para obtener alimentos”.
La población está “hambrienta” y en una “situación desesperada”, advirtió, señalando que el ejército israelí ha disparado contra palestinos que intentaban acceder a los puntos de entrega de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), respaldada por Washington y operada con apoyo israelí.
“Estas acciones han causado muchas muertes. Más de 400 palestinos han fallecido por estos tiroteos y al menos otros 93 perdieron la vida tratando de recibir ayuda de convoyes de la ONU y otras organizaciones humanitarias”, detalló al Kheetan en un comunicado, que también estimó en unos 3 000 el número de heridos en estos incidentes.
Insistió en que “estas muertes deben investigarse de manera adecuada e imparcial para garantizar que los responsables sean llevados ante la justicia”.
El portavoz subrayó que “la muerte de civiles constituye una grave violación del derecho internacional humanitario y calificó los hechos como crímenes de guerra.
Al Kheetan enfatizó que los palestinos en toda Gaza “sufren hambre y carecen de asistencia básica. La Franja sigue al borde de la hambruna, producto del bloqueo israelí y las restricciones ilegales a la entrada y distribución de ayuda humanitaria”.
Agregó que “esto se suma a la destrucción sistemática impuesta por Israel sobre la producción de alimentos y la economía local, así como al desplazamiento forzoso de miles de personas en los últimos 20 meses”.
El ejército israelí ha matado al menos a 410 civiles gazatíes que intentaban acceder a los puntos de reparto de comida administrados por EE.UU. e Israel mediante una empresa privada. Este balance corresponde desde el 27 de mayo, cuando comenzó a funcionar este sistema en la Franja.
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos declaró que dichos asesinatos podrían configurar crímenes de guerra.
Respecto a la GHF, indicó que “estamos viendo escenas de caos en todo el proceso de distribución” y denunció la “militarización del mecanismo humanitario por parte de Israel”, algo que “contraviene los estándares internacionales en materia de asistencia humanitaria”.
Destacó que “la instrumentalización del alimento como herramienta política constituye un crimen de guerra” y exigió al ejército israelí que “cese los disparos contra civiles que buscan alimentarse y permita la entrada de insumos esenciales conforme al derecho internacional”.
Al Kheetan concluyó instando a la comunidad internacional a tomar medidas concretas para garantizar que Israel cumpla con sus obligaciones legales y humanitarias, especialmente en materia de acceso a la alimentación.
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