NACIONES UNIDAS, 13 jun (NNN-UNIS) – La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el jueves una resolución que exige un alto el fuego inmediato, incondicional y permanente en la Franja de Gaza, así como la liberación inmediata de todos los rehenes, el acceso irrestricto de ayuda humanitaria y la rendición de cuentas por parte de Israel.

El texto, originalmente impulsado por España y Palestina y posteriormente apoyado por más de veinte países, obtuvo el respaldo de 149 Estados miembros, mientras que 12 votaron en contra —entre ellos Estados Unidos, Israel, Argentina y Paraguay— y 19 se abstuvieron.
Antes de la votación, el embajador de España ante la ONU, Héctor Gómez Hernández, destacó la urgencia de enviar un mensaje claro y contundente sobre la situación humanitaria en Gaza.
“La resolución exige garantizar de forma inmediata y sostenida la entrada plena, rápida, segura y sin obstáculos de ayuda humanitaria a gran escala en Gaza”, indicó, señalando también que respalda el plan coordinado por la ONU para reanudar las entregas de asistencia en el enclave palestino.
Además, subrayó que el documento “reitera el compromiso con la solución de los dos Estados, reconociendo a Gaza como parte del futuro Estado palestino”. También rechazó cualquier intento de cambios demográficos en Gaza y Cisjordania, y condenó los desplazamientos forzosos y deportaciones de personas protegidas en territorios ocupados.
El embajador español llamó a todos los Estados a votar a favor, destacando que la resolución condena firmemente el uso del hambre como arma de guerra y la negación del acceso humanitario vital a Gaza.
Asimismo, el texto enfatiza la necesidad de que Israel rinda cuentas por sus acciones, y exhorta a los Estados miembros a adoptar medidas individuales y colectivas en línea con el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas para asegurar el cumplimiento de obligaciones internacionales por parte de Tel Aviv.
Como potencia ocupante, Israel está obligado por el derecho internacional humanitario a permitir la entrada de asistencia básica a toda la población civil gazatí. La resolución exige que se facilite de manera inmediata y continua el ingreso de ayuda humanitaria, incluyendo alimentos, medicinas, agua potable, combustible y otros suministros esenciales.
También se destaca la importancia de respetar los principios humanitarios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia , en coordinación con las Naciones Unidas.
La resolución insta a Israel a poner fin al bloqueo y abrir todos los pasos fronterizos, y pide a todas las partes que cumplan con sus obligaciones bajo el derecho internacional humanitario.
Durante su intervención antes de la votación, el embajador de Palestina ante la ONU, Riyad Mansour, denunció los abusos sistemáticos contra civiles palestinos y rechazó cualquier ataque contra poblaciones inocentes, ya sean palestinas o israelíes.
“El mundo debe tomar todas las medidas necesarias para detener este genocidio”, afirmó, agregando que “ni armas, ni dinero, ni comercio deben usarse para oprimir al pueblo palestino, someterlo a limpieza étnica o robarle sus tierras”.
Mansour insistió en que el conflicto no terminará con más violencia, ocupación, desplazamiento o anexiones, sino rompiendo el ciclo de hostilidades mediante el reconocimiento de los derechos fundamentales del pueblo palestino y la construcción de una paz compartida.
“Queremos poner fin a esta ocupación ilegal. Queremos dos Estados que vivan juntos en paz y seguridad”, concluyó, haciendo un llamado urgente a actuar ahora para salvar a Gaza, a Palestina y a la paz en la región.
“No esperen más. Cada día cuenta, y cientos de vidas palestinas siguen perdiéndose. Esta situación inhumana, ilegal e inmoral no puede continuar”, advirtió.
Por otro lado, el representante de Israel ante la ONU, Danny Danon, criticó la resolución, afirmando que no contribuye a avanzar hacia la paz.
Recordó que aún hay 53 rehenes israelíes en poder de Hamás y cuestionó que la resolución no condicione el alto el fuego a su liberación. “No los olvidaremos y haremos lo necesario para traerlos a casa”, aseguró.
Danon culpó a Hamás por impedir la paz, acusándolo de buscar prolongar el conflicto y descartar las propuestas israelíes encaminadas a una solución negociada.
Rusia apoyó la resolución y afirmó que el texto refleja objetivos humanitarios cruciales para el futuro de Gaza e Israel.
Su embajador ante la ONU, Vasily Nebenzya, expresó que “en ese futuro no hay lugar para el desplazamiento forzado, los cambios demográficos o territoriales, ni para la construcción de asentamientos ilegales. Tampoco hay espacio para el terrorismo ni la violencia”.
Nebenzya recordó que, desde octubre de 2023, han muerto más de 55.000 palestinos, muchos de ellos civiles que buscaban refugio en hospitales, escuelas y campos de refugiados.
“Es hora de que la comunidad internacional haga todo lo posible para detener esta masacre”, dijo.
Por su parte, la representante interina de Estados Unidos, Dorothy Shea, rechazó la resolución, repitiendo las críticas de Israel sobre la ausencia de condena explícita a Hamás.
Shea consideró que el documento premia a Hamás por sus acciones y afirmó que la paz solo será posible mediante negociaciones directas entre las partes.
“No respaldamos medidas unilaterales que no repudien a Hamás”, insistió, argumentando que la resolución no impulsa una solución diplomática realista.
La representante estadounidense valoró los esfuerzos diplomáticos en curso para lograr la liberación de los rehenes y promovió el apoyo a iniciativas como la red de distribución de ayuda humanitaria gestionada por Estados Unidos e Israel.
Esta resolución fue aprobada en el marco de la décima sesión especial de emergencia de la Asamblea General desde 1950, convocada debido al estancamiento del Consejo de Seguridad para tratar el conflicto en Gaza.
Recientemente, el 4 de junio, Estados Unidos vetó en el Consejo de Seguridad otra resolución con exigencias similares, lo que motivó nuevamente la movilización de la Asamblea General.
En diciembre de 2024, la misma Asamblea aprobó sendas resoluciones exigiendo un alto el fuego en Gaza y reafirmando el apoyo a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), que ha sido blanco de críticas por parte de Israel.
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