BRASILIA, 7 jun (NNN-TELESUR) — El Ministerio de Medio Ambiente y Cambios Climáticos (MMA) y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI) de Brasil informaron el viernes que la deforestación en la Amazonía aumentó en un 92 por ciento entre mayo de 2024 y mayo de 2025, según datos del sistema Deter del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).

Durante este período, la extensión deforestada pasó de 500 a 960 kilómetros cuadrados , lo que representa un alarmante incremento. Sin embargo, en las regiones del Cerrado y el Pantanal, se registró una reducción en los índices de deforestación.
El ministro interino de Medio Ambiente, João Paulo Capobianco, destacó que esta situación está directamente relacionada con el cambio climático y la intensificación de los períodos de sequía en el bioma amazónico.
“Esta es una situación que tiene una relación directa con el cambio climático”, subrayó Capobianco, señalando que las sequías recurrentes han exacerbado la vulnerabilidad del ecosistema.
El director del MCTI, Oswaldo Leal, explicó que en este siglo la Amazonía ha enfrentado seis sequías severas: 2005, 2010, 2015, 2016, 2023 y 2024. Según datos de la Base de Datos Oficial de Desastres de Brasil, estas sequías han afectado a millones de personas y han tenido un impacto económico devastador en la región.
Leal cuestionó la capacidad de resistencia de la selva ante las agresiones humanas constantes y advirtió que la sequía no es solo un fenómeno natural, sino también resultado de actividades humanas como la minería ilegal, la tala masiva y los incendios intencionales.
Según el sistema Deter, la deforestación provocada por incendios representó el 51 por ciento del total registrado el año pasado, un aumento significativo en comparación con el 1 por ciento registrado en 2022. En 2023, este tipo de deforestación ya había alcanzado el 32 por ciento, y en 2024 subió al 21 por ciento.
Además, durante el período comprendido entre agosto de 2024 y mayo de 2025, más del 50 por ciento de los incendios ocurrieron en zonas forestales, afectando principalmente vegetación natural primaria (47,95 por ciento ) y vegetación secundaria (7,9 por ciento ). El 23,7 por ciento de los incendios impactó en bosques autóctonos, cifra que en 2024 alcanzó el 13,5 por ciento.
El 38,4 por ciento de los incendios estuvo vinculado a actividades agrícolas, mientras que el 37,9 por ciento fue utilizado para consolidar áreas previamente deforestadas.
Capobianco resaltó que la crisis en la Amazonía es parte de una tendencia global de pérdida récord de bosques debido a incendios, según datos del Instituto de Recursos Mundiales. Subrayó la importancia de conservar la selva amazónica no solo para Brasil, sino para la supervivencia de la humanidad, debido a su papel clave en el ciclo hidrológico y el ciclo del carbono.
“La Amazonía es vital para la estabilidad climática global, y su destrucción acelerada pone en peligro no solo a Brasil, sino al planeta entero”, concluyó Leal.
— NNN-TELESUR