ISLAMABAD/NUEVA DELHI, 12 may (NNN-TELESUR) — Horas después de que se anunciara el acuerdo de alto al fuego entre India y Pakistán, ambas partes se acusaron mutuamente de violaciones, generando incertidumbre en la región de Cachemira. Aunque el cese de hostilidades se mantiene, algunos residentes de la disputada región aún no han regresado a sus hogares debido a la amenaza de municiones sin explotar.

El acuerdo fue anunciado tras una “larga noche de conversaciones” mediadas por Estados Unidos. Sin embargo, el secretario de Relaciones Exteriores de India, Vikram Misri, denunció repetidas violaciones del alto al fuego y aseguró que las Fuerzas Armadas indias están respondiendo “de manera adecuada y apropiada”. Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Pakistán culpó a India de iniciar las violaciones, reiterando su compromiso con la tregua y afirmando que sus fuerzas están actuando con “responsabilidad y moderación”.
En una conferencia de prensa, oficiales militares indios detallaron los resultados de la Operación Sindoor, señalando que bloquearon nueve instalaciones de infraestructura y entrenamiento de grupos armados, incluidos sitios vinculados al grupo Lashkar-e-Taiba, al que responsabilizan por el atentado terrorista del 22 de abril en Cachemira, que dejó 26 muertos. Según el teniente general Rajiv Ghai, los ataques mataron a más de 100 combatientes, incluidos líderes prominentes.
Por su parte, el Ejército pakistaní declaró haber derribado cinco aviones indios, incluidos tres Rafales, aunque India no ha confirmado ni negado estas pérdidas. En un gesto simbólico, la India abrió el domingo una de las compuertas de la presa de Baglihar del río Chenab, permitiendo que el agua fluya hacia Pakistán, tras mantenerla cerrada como medida de represalia tras el atentado.
— NNN-TELESUR