La violencia en Colombia pone en riesgo avances en la protección e integración de desplazados

NACIONES UNIDAS, 27 de abril (NNN-UNIS) — La escalada de la violencia y las crecientes necesidades humanitarias en Colombia amenazan con revertir años de progreso en la protección e integración de las poblaciones desplazadas, afectando principalmente a los grupos más vulnerables, como niños, mujeres y familias retornadas.

Foto: ACNUR/Mónica Peñaranda

Colombia enfrenta una de las crisis de desplazamiento más grandes del mundo, con más de siete millones de desplazados internos, casi tres millones de refugiados y migrantes venezolanos, y más de 500.000 colombianos retornados. Durante años, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha trabajado para asistir a estas poblaciones, destacando a Colombia como un ejemplo regional de solidaridad hacia quienes huyen de la violencia.

Sin embargo, la falta de financiamiento está obligando a ACNUR a suspender servicios esenciales, lo que podría deshacer décadas de avances y dejar a los más vulnerables sin el apoyo crítico que tanto necesitan, advirtió este viernes William Spinder, portavoz del organismo, durante una conferencia de prensa en Ginebra.

Spinder explicó que los programas de ACNUR, diseñados para apoyar a comunidades afectadas por el conflicto, facilitar el retorno seguro de familias desplazadas y regularizar asentamientos urbanos informales, están siendo reducidos o interrumpidos debido a la escasez de recursos.

“Estos recortes socavan el progreso hacia la estabilidad, la integración local y la autosuficiencia de las personas refugiadas y desplazadas internamente”, afirmó. Además, señaló que la suspensión de la ayuda podría forzar a los desplazados y refugiados a buscar nuevamente seguridad y estabilidad en otros lugares, mientras que las personas retornadas no encontrarán las condiciones adecuadas para reintegrarse.

Catatumbo: epicentro de la crisis
La región del Catatumbo, en la frontera entre Colombia y Venezuela, es una de las áreas más afectadas por la falta de financiamiento. Recientes enfrentamientos entre grupos armados no estatales han provocado el desplazamiento de más de 63.000 personas, constituyendo el mayor incidente de desplazamiento masivo registrado en la historia de Colombia, según el portavoz.

En respuesta a esta emergencia, ACNUR ha tenido que detener la distribución de artículos básicos de socorro, como colchones, mantas, kits de higiene, lámparas solares y mosquiteros, a pesar de que la violencia sigue desplazando a miles de personas.

Riesgos para la estabilización a largo plazo
El portavoz también destacó que la estabilización a largo plazo del país está en peligro debido a la suspensión del apoyo a la legalización de asentamientos informales, una iniciativa impulsada por el gobierno colombiano. Este programa garantiza derechos de propiedad y mejora el acceso a agua, electricidad y vivienda segura para más de 105.000 personas. Sin este apoyo, muchas familias permanecen en condiciones precarias sin un camino claro hacia la recuperación.

Además, los recortes afectan gravemente los programas de protección infantil, dejando a los niños en mayor riesgo de ser reclutados por grupos armados. Asimismo, la documentación de más de 500.000 venezolanos está en riesgo debido a la falta de financiamiento. “Sin identificación, cientos de miles de venezolanos enfrentarán dificultades para establecerse, acceder a atención médica, educación y empleo legal, aumentando drásticamente su vulnerabilidad a la explotación y el abuso”, alertó Spinder.

Llamado urgente a la comunidad internacional
En este contexto, ACNUR hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para aumentar su apoyo y proporcionar los fondos necesarios para mantener sus operaciones en Colombia. El organismo requiere 118,3 millones de dólares para continuar su labor este año. En paralelo, el Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes Venezolanos necesita 1.400 millones de dólares, pero hasta ahora solo ha recibido un 4,6% de esa cantidad.

La situación en Colombia evidencia la necesidad de un compromiso global para abordar la crisis humanitaria y proteger a las poblaciones más vulnerables, concluyó el portavoz.
— NNN-UNIS

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