TEXAS, ESTADOS UNIDOS, 16 abr (NNN-HISPANTV) — Texas vive una crisis prevenible, con más de 540 casos de sarampión detectados en zonas con bajos índices de vacunación, evidenciando el fracaso de políticas sanitarias que priorizan recortes en lugar de prevención.

Los fondos federales para inmunización llevan años estancados, mientras el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., conocido por su postura antivacunas, ha eliminado millones asignados a programas esenciales. Además, legisladores en Texas y otros estados impulsan normas que facilitan la no vacunación, agravando la emergencia.
Katherine Wells, directora de Salud en Lubbock, alerta que la falta de enfermeras y campañas de concientización, por recortes presupuestarios, ha dejado desprotegidas a comunidades vulnerables. En el condado Gaines, foco del brote, solo el 82% de los niños están vacunados, muy por debajo del 95% necesario para inmunidad colectiva.
La falta de financiamiento en clínicas rurales y la escasez de personal obligan a familias a viajar horas para acceder a vacunas, como sucede en el condado Andrews.
Por cada dólar no invertido en prevención, el sistema gasta cientos en tratar enfermedades evitables. Sin embargo, Texas destina solo $17 per cápita a salud pública, uno de los montos más bajos del país, mientras el Congreso aprueba menos de la mitad del presupuesto requerido para inmunización.
Los USD 125 millones recortados por Kennedy en pleno brote reflejan una estrategia que desatiende las necesidades ciudadanas. Mientras, 23 estados demandan al gobierno federal para proteger sus programas de salud. En Washington, clínicas móviles que aplicaron 16.000 vacunas fueron canceladas, y Connecticut rescindió 43 contratos con centros locales.
— NNN-HISPANTV