El M23 y el ejército congolés habrían cometido violaciones de derechos humanos

NACIONES UNIDAS, 31 ene (NNN-UNIS) — La crisis de derechos humanos en la parte oriental de la República Democrática del Congo (RDC) se agudiza a medida que las hostilidades entre las fuerzas armadas y el grupo M23, respaldado por Ruanda, se extienden hacia Kivu del Sur tras la toma de Goma por ese grupo armado después de una ofensiva de varias semanas.

Mujeres recibiendo ayuda alimentaria de las agencias de la ONU en Goma, en el este de la República Democrática del Congo. Foto: PMA

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos afirmó el viernes que los atropellos de derechos humanos en el este de la República Democrática del Congo empeoran.

“Hemos documentado al menos doce ejecuciones sumarias a manos del M23 entre el 26 y el 28 de enero”, dijo el portavoz de esa Oficina en conferencia de prensa en Ginebra.

Jeremy Laurence añadió que, desde el comienzo de la crisis, las bombas han alcanzado al menos dos asentamientos de desplazados, causando víctimas civiles.

Las agencias humanitarias, por su parte, han reportado una afluencia de heridos que satura la capacidad hospitalaria en las ciudades de Goma y Bukavu. Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dan cuenta de más de 2000 heridos.

Las informaciones más recientes indican que el M23 ha avanzado más al sur hacia Bukavu.

La prensa señala que el grupo rebelde está intentando ahora empujar hacia la provincia de Kivu del Sur, en dirección a la ciudad minera de Nyabibwe, a unos 100 kilómetros de Bukavu, que también podría estar amenazada.

Este campamento al este de la República Democrática del Congo ofrece seguridad a una parte de los siete millones de desplazados en el país.

La Oficina de Derechos Humanos sigue recibiendo solicitudes urgentes de protección de civiles, por lo que su personal en el terreno trabaja con sus socios con el fin de garantizar la seguridad de esa población.

En otras zonas controladas por el M23 en Kivu del Sur, como Minova, el M23 ocupó escuelas y hospitales, obligó a las personas desplazadas a abandonar los campamentos y sometió a la población civil al reclutamiento forzado y al trabajo forzado.

La Oficina del Alto Comisionado también ha documentado casos de violencia sexual vinculados al conflicto, cometidos por elementos de las Fuerzas Armadas Congoleñas (FARDC) y combatientes aliados de Wazalendo en el territorio de Kalehe.

“Estamos verificando informes que denuncian que 52 mujeres fueron violadas por tropas congoleñas en Kivu del Sur, incluidos supuestos informes de violaciones en grupo”, detalló el portavoz de la Oficina.

Laurence agregó que las autoridades congoleñas anunciaron que al menos 165 mujeres fueronvioladas por algunos de los 4000 reclusos que se fugaron de la prisión de Muzenze en Goma el 27 de enero, cuando el M23 inició su asalto a la ciudad.

La violencia sexual relacionada con los conflictos ha sido una característica atroz del conflicto armado en el este de la República Democrática del Congo durante décadas.

“El Alto Comisionado Volker Türk está particularmente preocupado por el riesgo de que esta última escalada aumente aún más el riesgo de violencia sexual relacionada con el conflicto”, apuntó Laurence.

Asimismo, destacó que la proliferación generalizada de armas en Goma “está exacerbando los riesgos ya significativos de violaciones graves y abusos”.

El Alto Comisionado pidió una vez más que se ponga fin a la violencia y que todas las partes respeten sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos.

Y subrayó la necesidad de que haya rendición de cuentas: “Es esencial que se realicen investigaciones sobre las violaciones cometidas, a fin de llevar a los perpetradores ante la justicia y garantizar una rendición de cuentas integral”, enfatizó Laurence.

En el mismo tono, el Fondo de Población de la ONU (UNFPA) alertó de un aumento de los casos de violación y violencia de género. “Los crecientes informes sobre violaciones en zonas de conflicto son alarmantes, mientras que el acceso humanitario sigue siendo peligrosamente limitado”, advirtió.

Los corredores clave de suministro humanitario están bloqueados y el acceso a la atención médica es muy limitado, lo que incrementa las necesidades de las mujeres y las niñas. “Son ellas las que soportan la peor parte de la devastación y se enfrentan a mayores riesgos de violencia sexual, actitudes sexistas, embarazos no deseados y pérdida de servicios de salud esenciales”, apuntó la agencia

Además, el UNFPA estima que hay unas 20.000 mujeres embarazadas, de las cuales el 15% corre riesgo de sufrir complicaciones graves.

La ofensiva del M23 en Kivu del Norte ha restringido el acceso a Goma, cuyo aeropuerto está cerrado desde el 26 de enero, al igual que las principales carreteras.

Además, la frontera con la ciudad ruandesa de Gisenyi es inaccesible desde el 28 de enero, lo que aísla aún más a Goma, dificulta la entrega de ayuda humanitaria y complica el movimiento de poblaciones en busca de seguridad.

La escalada de hostilidades en Kivu del Norte y Kivu del Sur también causó el desarraigo de casi 45.000 personas, que se dirigieron a campamentos para desplazados internos en Goma y sus alrededores entre el 6 y el 25 de enero.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) calcula que unas 700.000 personas se han desplazado recientemente en estas dos provincias del este del país.
— NNN-UNIS

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